viernes, 29 de diciembre de 2017

Vallecas, año 0

Nunca creí que pudiera llegar a decir esto pero, por primera vez en 11 años, este 31 de diciembre no correré la San Silvestre Vallecana; mi carrera. Pues sí, va a resultar que después de todo no somos máquinas. Tras haber competido durante 11 años casi ininterrumpidamente durante todas estas temporadas, 2017 fue el año en que, muy a mi pesar, tuve que parar.

Psicológicamente ha sido un año duro. Durísimo. Podría haber dado cuenta de mis intentos por volver y podría haber hilado el discurso y la retórica facilona del esfuerzo y las ganas de luchar, pero eso no va conmigo. Me gusta más la idea de trabajar en la sombra y brillar a la luz. Y han sido tantas las preguntas acerca de dónde estaba el camino correcto que tenía que seguir... 

Todo comenzó en noviembre de 2016, con unas molestias en el psoas que no me permitían entrenar al 100% y que me limitaban más con cada nuevo entreno. Ahora echo la vista atrás y observo esos 33:34 de la Vallecana pasada y aún me parece mentira que con ese lastre físico pudiera correr a ese nivel. Las ganas y la magia de esa carrera, sin duda. En enero las molestias se revelaron más intensas y tuve un papel muy modesto en el Campeonato de Madrid de Cross. Dos semanas después se produjo el gran descalabro en el Campeonato de España de Media Maratón de Granollers. En ese momento dejé de ponerme las zapatillas con la enorme frustración de no poder acudir al nacional de cross por equipos.

Una de las pocas zancadas de 2017. Atacama, Chile

En febrero recurrí a ayuda profesional. Una resonancia descartó que tuviera pubalgia, pero señaló la existencia de una tendinitis en la intersección del aductor derecho. Las sesiones de láser y ultrasonido sirvieron de poco o nada y algo parecido sucedió con las infructuosas sesiones de fisio. No obstante, decidí darle tregua al músculo y parar durante tres meses. Pero tanto a comienzo como a final de verano volví a intentarlo pero me di cuenta de que el asunto apenas había mejorado. Desde luego que podía trotar, pero no me da vergüenza admitir que trotar me aburre de forma supina; necesito velocidad, sufrimiento y adrenalina para sentirme competitivo y capaz.

En la última parte del año decidí volver a tomar cartas en el asunto recurriendo a Luis del Águila, que no necesita presentaciones en nuestro mundillo. Ahora no me queda otra que esperar pacientemente mientras fortalezco mis puntos débiles porque todo parece indicar que es una debilidad muscular que se ha convertido en algo así como crónico y que condiciona mi rendimiento. En resumen, no queda otra que trabajar activamente y de forma localizada para poder volver.

Soy consciente de que en esta década he sido muy afortunado al ignorar que era posible que las temidas lesiones me acecharan ¿A mí?¡Si hombre! Y ahora que llegan, de acuerdo, he tenido que aceptarlas. Pero como algunos de vosotros sabéis -porque nos movemos en la misma onda y padecemos esta bendita locura-, correr no es una moda. No es crossfit ni es una Spartan race. Es una forma de conectar con el mundo y es una fiosofía de vida.

Y como no me da la gana desechar los ambiciosos planes que siempre he bosquejado para después de los 30, sigo albergando, incluso con más fuerza, la intención de correr más y mejor, y de enfrentarme algún día al maratón, mi sueño dormido.

Los 31 de diciembre comparten un momento muy concreto del día donde parece que el tiempo se detiene. No ocurre a las 23:59h en la Puerta del Sol. Tiene lugar un poco antes y relativamente cerca: exactamente a las 19:55h junto al Santiago Bernabéu. El reloj se para mientras me asedia un ejército agitado de atletas y contemplo el cielo para dar gracias -no sé muy bien a qué- por permitirme satisfacer, otra vez, un instinto tan primitivo como catalizador.

Espero que nos volvamos a ver pronto....

Un saludo a todos.


lunes, 30 de enero de 2017

Mi "parte" de lesiones y suplementación by Goalbox

Cerrando etapas...

2017 se presentó con un doble objetivo a corto plazo: el tradicional Campeonato de Madrid de Campo a Través de Cross Largo (29 de enero) y el Campeonato de España de Media Maratón de Granollers (5 de febrero).

Ahora bien, las molestias que padecí en el psoas en los últimos meses de 2016 me llevaron a recurrir al traumatólogo a mediados de enero. Cuando le expliqué mis síntomas, éste se atrevió a pronosticar una posible pubalgia, pero días después la resonancia reveló que "sólo" se trataba de una tendinitis de la intersección del aductor derecho, aunque el dolor que yo sigo percibiendo se irradia más hacia la zona abdominal, y de ahí que pensara inicialmente que se trataba del psoas.

Ante tan agoreras previsiones iniciales, hubo un día en que pensé en parar completamente para curarme, pues aunque no son limitantes, las molestias se agudizan según el día, y psicológicamente se hace duro remar con esta dificultad añadida. Sin embargo, al día siguiente me enteré de que mi club, el CAT Alcorcón, se había clasificado para el nacional de Cross Corto y me sacudió un ataque de rabia tal que me dije que haría lo posible por estar en el autonómico en dos semanas.

A fecha de 30 de enero y mientras suscribo estas líneas, ya puedo decir que disputé el Trofeo Marathon y que, aunque no quedara satisfecho con mi papel, cumplí con el equipo a pesar de que, por segundo año consecutivo y a pesar del carrerón de mis compis, nos quedaramos a sólo un puesto de clasificarnos para el Cto. de España de Clubes. Fue una carrera dura, de incontables curvas, mucho barro y con la obligada puesta en escena de clavos, que no usaba desde diciembre de 2013 (¡soy el grinch de los clavos!).
 
Así las cosas, y si todo va bien, sólo resta una semana para viajar a Barcelona y participar en mi tercer Campeonato de España de Media Maratón. No sé como responderá mi cuerpo, pero la espinita de la mala experiencia en Santa Pola en la edición anterior es un acicate para intentar pelear en una de las medias más célebres del calendario español. Pasada esta carrera convendrá relajarse y sumar a la rutina de ejercicios que ya sigo para tratar la lesión, las sesiones de fisio. Cruzamos los dedos.

... Y abriendo melones

Alguna vez ya he explicado que soy un corredor muy espartano, pero no de los que saltan obstáculos :) Digamos que, aunque siempre con los deberes hechos, corro "con lo puesto". Tanto es así que, en ocasiones, soy "el despistado" ya no sólo en los corrillos habituales que repasan la actualidad futbolística (ok, ¡también soy el grinch del fútbol!) , sino también cuando salen a la palestra cuestiones como los materiales técnicos de las zapatillas o el análisis de las pulsaciones (¡jamás he usado un pulsómetro!). En este sentido, el capítulo de la suplementación deportiva tampoco lo tengo trabajado, pero recientemente he tenido la oportunidad de aprender un poquito más.

Los chicos de Goalbox me propusieron probar su plan de suplementación durante las semanas previas a la Vallecana, el siempre primer objetivo importante de la temporada. Tomaron buena nota de mis entrenamientos (especialmente los más duros) y de mi objetivo y me enviaron a casa los productos y las instrucciones a seguir. Este es, y en mi opinión, el gran valor añadido de su proyecto: un plan a la carta personalizado, la solución perfecta para dummies que, por cuestiones de tiempo o por desconocimiento, no manejamos esos engranajes que también inciden en nuestro rendimiento deportivo.
Desde su tienda online se preparan los envíos de estas cajas tan cuquis

Ya anteriormente había navegado por Internet en busca de respuestas acerca de posibles productos que complementaran mi rutina, pero casi todas ellas estaban enfocadas bien al universo de los geles en maratón, bien al algo más intrincado mundo de los triatletas, cuyo enorme desgaste exige, según ciertas voces, la ingesta de glutamina y BCAAs. En definitiva, ninguna de estas casuísticas se ajustaba a mi perfil, más orientado a las carreras de entre 5 y 21 kms.



De esta forma, el plan de Goalbox me invitaba a probar cuatro de sus productos estrella.
Por una parte, la creatina (del fabricante Keepoing), que aumenta el rendimiento físico en series de alta intensidad y durante un esfuerzo continuado. Con un sabor anaranjado bastante agradable y de fácil ingesta, ha de tomarse 45 minutos antes de salir a entrenar. Respecto a las sensaciones y como persona que puede tomarse un café por la noche tranquilamente, debo decir que soy bastante inmune a todo aquello que deba producirte "subidones", pero me tranquiliza haber comprobado la gran cantidad de halagos de los expertos hacia las sustancias 100% creapure,  que aseguran, es la creatina más pura, segura y eficaz.

Por otro lado, también probé otros productos pensados especialmente para después del entrenamiento. Tres recuperadores en tres formatos distintos: barritas del fabricante Keepgoing; la bebida Totum Sport (diseñada para compensar la pérdida de electrolitos); y los sobres para disolver de Chimpanzee Quick Mix Recovery. Con las tres alternativas he acabado muy contento y en este apartado sí puedo decir que, una vez el cuerpo lo has probado, los pide. Me gustaría hacer especial hincapié en él último, que no deja de ser un batido sabor a chocolate pero con propiedades naturales y orgánicas, apto para veganos y sin gluten ni lactosa.
 
Así pues, esta incursión en el mundo de la nutrición deportiva puede servir de punto de partida para prestar un poco más de atención a los detalles y combatir el escepticismo siempre y cuando, como ocurre con Goalbox, nos encontremos con planes profesionales y personalizados, y con productos de calidad y lo más naturales posible.

miércoles, 18 de enero de 2017

Donosti, Valencia, Barcelona. Destino VALLEKAS

Después de haber cerrado 2016 me gustaría hacer balance de estos últimos tres meses, si bien nuestras temporadas no entienden de años naturales :) Un primer ciclo en el que he conocido nuevas carreras a lo largo de la geografía española vestido, un año más, con los colores del CAT Alcorcón.

En el mes de octubre tocaba remachar y acentuar todo el trabajo de fuerza propio de pretemporada. A los circuitos oberón y a las cuestas se sumaron dos pruebas cortas de campo a través. El 8 octubre disputé el último y el único de los crosses que no había disputado del mítico y entrañable para muchos, Circuito Madrileño de Cross Universitario.

A pesar de haber disputado tres campeonatos de España de la modalidad y haber corrido casi todas sus pruebas, nunca había estado en el campus de la Francisco de Vitoria en Pozuelo de Alarcón. Aunque feo y destartalado, me permitió compartir varios momentos con viejos amigos de nuestro mundillo.  Eso sí, con sensaciones de llevar el corazón en la boca ¡!.

Unos días después, me animé a participar en el Cross del Pilar que organiza la Agrupación Deportiva Sprint en el accidentado parque del barrio madrileño del mismo nombre. Aunque con mejores sensaciones que unos días antes, acusé los ritmos propios de la competición en tan tempranas fechas del calendario. Una auténtica jornada de cross con lluvia, frío y el correspondiente desayuno de campeones posterior.

Llegado el mes de noviembre, se plantearon varias escapadas que me permitieron tomar parte en varias pruebas míticas del calendario nacional, eso sí, sin ningún objetivo ya que en el undécimo mes del año el cuerpo todavía está empezando a trabajar y no hay entrenos de calidad detrás.

El segundo fin de semana de noviembre subí a Donosti para disputar la aclamada Behobia (20km) en compañía de mi buen amigo Héctor. San Sebastián enamora a cualquiera, incluso cuando la ciudad está infestada de corredores (demasiados, para la capacidad real de la ciudad). Para llegar a la salida es necesario acudir con bastante tiempo de antelación para desplazarse en tren y depositar la mochila en el guardarropa que hay en Behobia, junto a la frontera con Francia.

No obstante, la salida está bien organizada y no hubo sustos de última hora de esos que tan neurótico le ponen a uno en la misma mañana de la competición. Unos minutos antes de la salida , donde también se encontraban Carles Castillejo (vencedor a la postre) o Martin Fiz (localísimo mito), la organización le brindó un homenaje en forma de vídeo a la persona que falleció el pasado año mientras disputaba la carrera. Una imagen, la de ver a sus amigos abrazados frente a la pantalla, que a mí personalmente me dejó un poco descompuesto.

Mi opinión global de la carrera es positiva pero no es tan desmedida en elogios como la que habitualmente suelo escuchar. Es una prueba de 20km que transcurre, en su mayoría, sobre asfalto de vías interurbanas.

Es cierto que va coronando distintos hitos -como el paso por Irún-, donde la animación es especialmente ruidosa (algo que todos agradecemos), pero se me hacen algo aburridas las competiciones que transitan por carreteras para coches en lugares en medio de la nada.
Es cierto que la frondosidad del paisaje cantábrico colorea y embellece el camino, pero me recordó la sensación  interminente de tedio de la VigBay. Creo que definitivamente me quedo bien con las carreras que atraviesan el corazón de la ciudad, bien con el campo a través, pero las cosas a medias me parecen un poco rollo :S

En cualquier caso, la llegada a Donosti es muy especial. Terminé en 1h13 a una media de 3:40, lo que en el mes de noviembre supuso un buen resultado a la vista de la accidentada orografía de la prueba.  El "después" de la carrera vino rodado con bollos de chocolate (mi clásico) y pintxos;  ¡como no podría haber sido de otra manera!

Justo una semana después, y dado que otros años lo había tenido imposible para acudir, fui hasta Valencia para correr su 10km. En frío, debo admitir que fue un error porque muscularmente no me había recuperado de la Behobia, celebrada siete días antes. Corrí de forma muy muy incómoda y con la sensación de haber competido muy mermado.

Una lástima, ya que es un circuito muy plano donde poder hacer muy buena marca. En este sentido, debería haber aprendido la lección de enero de 2015, cuando disputé el autonómico de cross después del Cto de España de Media en Santa Pola y también sufrí muchísimo (espero que no caer en este error por tercera vez). 

La parte buena de esta escapada fue verme salpicado por la euforia de la maratón. Me pareció muy notable la implicación de la ciudad (que no conocía hasta la fecha) y sus vecinos con la carrera, y celebro que una localidad española albergue una prueba de maratón con estándares de calidad tan altos. Mi tiempo, de 34:21, pasará a mi historia personal como un resultado sin pena ni gloria.

El mes de noviembre, tan prolífico en carreras en nuestro calendario, acoge también una prueba mítica y, de hecho, la más antigua de nuestro país en la modalidad de ruta. La famosa Jean Bouin de Barcelona. Es, de estas tres últimas , la que más ganas tenía de conocer. Al fin y al cabo, los seguidores del atletismo llevamos años escuchando y leyendo las noticias en torno a la prueba internacional, donde es necesario acreditar una marca inferior a 35 min en 10km en hombres.

Pese a poder acreditar la mínima, no encontrarme aún en plena forma me disuadía mucho de competir con los mejores (apenas un a treintena cada año en línea de salida) y no poder dar lo mejor de mí. Así que decidí correr por segunda vez por las calles de Barcelona tras la Cursa Bombers (WE RUN BCN) de junio de 2015.

Pese a que la segunda mitad de la carrera, sobre todo a partir del km 7, pica mucho hacia arriba, me encontré muy bien en estos tres últimos kilómetros, adelantando a varios corredores y finalizando en 34:21 con buenas sensaciones en "las patas".

Y el mes de diciembre llegó con dos citas clásicas de mi agenda. El Cross de los Poetas, donde acusé mis continuadas molestias este año en el psoas (parece que campo a través y psoas son antagónicos) y donde conseguí un 5º puesto sobre su clásico circuito de tres vueltas de 2km en la Dehesa de la Villa; y por otra parte la San Silvestre Vallecana Internacional, sobre la que ya he expresado en muchas ocasiones por qué es tan ESPECIAL. Este año tuve tiempo de rescatar algunas imágenes de vídeo de algunas participaciones pasadas en un pequeño vídeo.

Psicológicamente fue una edición en la que:
-Uno, me enfrentaba, como es tradicional, a la incógnita sobre mi estado de forma
-Dos, no sufrí tanto como otros años y no se me hizo "larga"
-Tres, me faltaron ganas de sufrir un pelín más. Analizando los parciales, en la parte que más segundos perdí fue bajando desde Atocha en dirección Puente de Vallecas, un dato que a priori no tiene mucho sentido.

Por tanto, considero que me faltó un plus de ambición.  No obstante, logré llegar a meta en 33 minutos (33:32), como recoge este vídeo :)

La Vallecana sigue siendo la única prueba que disputo desde que comencé a correr. Y ya van once ediciones:
201633:32
201533:01
201433:11
201333:05
201232:56🔼MM
201133:22
201034:03
200935:58
200835:27
200735:46 SSP
200635:48 SSP



Enero se presenta con grandes incógnitas. Espero desvelarlas muy pronto :)