martes, 8 de noviembre de 2016

Entrenos y música: Panasonic Wings

No podría acordarme del número de veces que, ya incluso con la indumentaria de correr puesta, he recurrido, aún estando en casa pero en el último minuto, al reproductor de YouTube para poner alguno de mis vídeos favoritos de motivación. En uno de tantos momentos como ése las fuerzas flaquean y cada uno tiene guardada su arma secreta. ¿La mía? La llegada a meta de Abel Antón en Sevilla'99 o la recta mágica de Mayte Martínez en Osaka '07. Y esto mismo ocurre también antes de salir a disputar una gran competición: cada vez que corro la Vallecana Internacional, me aíslo lejos de las masas para calentar escuchando alguno de los grandes hits que ponen mis ganas a punto para volar.

Por eso mismo, no me gusta abusar de mis 'temazos' cada vez que salgo a correr. Hay ocasiones especiales y hay días remarcablemente duros en los que toca dar todo de ti. Y es entonces cuando recurres a ella  porque sabes que, no sólo -a tu lado me siento seguro y yo puedo volar- te ayuda a concentrarte, sino que puede funcionar como revulsivo en ese momento de máxima exigencia. Al fin y al cabo todos, en algún momento, tenemos un crash con una canción que no podemos dejar de escuchar... ¿El peligro? Dejar que se pierda la magia #REAL

Ese otro cantar del que hablaba son las series. Los ritmos cañeros exigen harina de otro costal.
Cuando oímos bases de rock o techno aumenta el número de pulsaciones y acoplamos el ritmo de nuestra zancada con el de la música que escuchamos, muchas veces sincronizado con la cadencia a la que bombea el corazón. De esta forma, los caballos se multiplican y ayudamos al cuerpo y a la cabeza a olvidarse de la fatiga. De hecho, en algunas de las carreras más célebres del calendario, muchos puntos kilométricos disponen de escenarios con grupos de rock o batucada para resucitar a algún que otro cadáver!.

En este sentido, en los últimos meses he probado por primera vez unos auriculares propiamente deportivos, concretamente los del modelo Panasonic Wings BTS50. Se trata de unos cascos inalámbricos de gama alta pensados y diseñados para corredores, y mi experiencia ha sido muy recomendable :)

Para determinados aspectos 'del correr' soy muy maniático, y de la misma manera que no me gusta dar vueltas a pistas o circuitos, por ejemplo, no soporto la cuestión 'cables que se enganchan', ya sea al cuello del cortavientos, a la cintura etc. y que genera gran incomodidad. En este punto, los Panasonic Wings evitan este quebradero de cabeza y además, el pequeño cable que separa cada uno de los audífonos se puede regular y adaptar para que no cuelgue ni bote. A eso hay que añadir que la patilla es flexible y que se ajusta perfectamente a la forma de la oreja. Se enganchan al oído eficazmente a pesar de los movimientos bruscos y la calidad del sonido es una pasada.

Por otro lado y en general, soy bastante sobrio y espartano para correr: si puedo evitar llevar reloj lo hago; no voy pendiente de pulsaciones; no uso medias ni manguitos compresores o gafas; y ni mucho menos he recurrido nunca un frontal!. Me gusta la idea de que los BTS50 dispongan de la opción last minute de carga: con dejarlos 15 minutos enchufados a la red, puedes usarlos después durante más de una hora, que es aproximadamente mi tiempo habitual de entreno.

Como decía, me gusta ser práctico y despreocupado y no tener que planear con mucha antelación cómo pertrecharme cada vez que salgo ahí fuera. Eso sí, mi única condición es poder llevar música y es innegociable. Por eso, y aunque el progreso tecnológico en ese sentido no dependa de hombres de letras como yo (!), lo único que pediría a Panasonic es dar un pasito más y que los auriculares integraran el reproductor. Ahí queda lanzado el guante para su próximo prototipo :)

¡Hasta la próxima!

 

sábado, 20 de agosto de 2016

Buena suerte, Ruth.

Ha llegado ese día en el que intentas no pensar para no atacarte de los nervios; ¡el día más importante de los JJOO de Río!. La última vez fue desde una pantalla gigante en una iglesia de Londres, cuando no conseguí entradas para el estadio. Entonces, ese cuarto puesto con 2 metros fue verdaderamente dramático.

Ruth no corre, pero salta. Salta TAN bien que lleva más de 15 años siendo una de las 10 mejores saltadoras de altura del mundo. ¿Cómo debe ser eso de saberse la mejor indiscutible en algo?. Han sido necesarios muchos minutos de televisión (y de medallas) para que la cultura deportiva de nuestro país haya abrazado, también, a una de las mejoras especialistas de la historia.

Meeting de Madrid 2013

La saludé por primera vez en la Copa del Mundo de Madrid en 2002, cuando fui de voluntario, y cuando le pedimos una foto nos dijo: "Pero chicos, si la campeona de España es ella" (refiriéndose a Marta Mendía). Después tuve el privilegio de vivir en directo su medalla internacional en el Europeo Indoor de Madrid en 2005 con mi padre y casi 10 años después, disfrutar in situ de su segunda corona europea en Zúrich 2014.



Superviviente de varias generaciones de saltadoras, única atleta española con un Diamante y la más laureada hasta la fecha, está llamada a ser, al menos en nuestras plegarias (!) la atleta española que rompa POR FIN con la maldición olímpica de otros de los nuestros que nunca tuvieron ese reconocimiento (Natalia, Chuso, Yago, Mayte, Berlanas, Martin, Abel, Reyes o Marta, entre otros)

50km marcha en los JJOO Londres

Pase lo que pase esta noche, vamos a llorar por ella y por nosotros, porque tardaremos décadas o más en volver a tener a alguien con semejante talento innato y con esa poco frecuente mentalidad ganadora que tardó algo más en alumbrar.

Vuelta de honor en el estadio Letzigrund de Zúrich 2014
Sin duda, lo más "bonito" de la modesta dimensión del deporte español, es que saboreamos cada medalla de la delegación como única. Y más aún en el deporte rey, el más universal de todos.
Ésta es la medalla que soñamos y que se merece después de tanto tiempo el atletismo español

Buena suerte, Ruth.


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sábado, 2 de abril de 2016

Ejercicio de fe. Laredo y Cardiff 2016

Corro igual que escribo en este blog: por sensaciones. Cuando creo que tengo algo que contar y de lo que guardar constancia, pero sobre todo, cuando me embarga cierta emoción, vengo aquí a contarlo. Con esto adelanto ya, que el resultado de los dos grandes objetivos de la temporada ha sido "satisfactorio". Éstos eran:

  • 1-Rebajar mi tope en 10km. Superé con éxito el primer examen en la tradicional y amada SSVI con 33:01. Si bien ésta es la mejor carrera de 10km en el ránking de la RFEA de 2015, el segundo lugar lo ocupa Laredo. Acabo de volver de allí 4 años después de mi debut en la ciudad cántabra en mi segunda tentativa y me he quedado a 3 segundos de mi tope conseguido en 2012: 32:49 neto. En esos tiempos y considerando que conseguí correr en 32 min (por tercera vez, de forma oficial), considero el objetivo cuasi conseguido, pero lejos de saciar mis verdaderas aspiraciones.
  • 2-Rebajar mi tope en media maratón.  Y siguiendo con el alcance y la dimensión de las grandes citas del calendario, más aún después de llevar unos años corriendo y encontrándome ávido de adrenalina y escenarios superlativos para multiplicar las ganas y la motivación, escogí el Campeonato de España de Santa Pola, en enero; y el Campeonato del Mundo en Cardiff en marzo. A Santa Pola llegué con una preparación de 10km y se reflejó en el crono (1:15:01), y a Cardiff acudí adecuadamente pero la carrera vino determinada por las condiciones climatológicas adversas (1:14:05, marca personal).
  • 3-ClasificarNOS para el Campeonato de España de Campo a través por clubes.  No conseguido a pesar de mi digno papel, aunque de ello hablaré en otra ocasión

A la vez, me gustaría señalar aquí que el punto álgido de la preparación de Laredo y Cardiff ha tenido lugar en los meses de febrero y marzo, es una de las épocas más confusas y desconcertantes en mi vida como corredor al encarar una fórmula de entreno más exigente marcada por Vicente Úbeda, mi entrenador desde octubre pasado. Durante más de 3 semanas acumulé tal nivel de fatiga que en días alternos (día de calidad, día de rodaje, calidad, rodaje...) y cuando me tocaba rodar, lo hacía con una fatiga muscular inédita para mí; con la sensación de acumular un cansancio en las piernas que me lastraba más con cada día que pasaba.
Durante 5 semanas también visité al fisio por mi latente molestia en el isquio derecho desde diciembre pasado, y por dos sobrecargas en sóleos y bíceps femoral.
Y por último, y aunque no por ello menos importante, la acumulación de tedio a nivel psicológico al afrontar todas las sesiones de calidad a solas.

Pero pese a todo, el cuerpo lo soportó y aunque yo pensaba que no me recuperaría de ese machaque físico, con la bajada de la intensidad y a falta de 9 días para Laredo, el cuerpo comenzó a apaciguarse y a templarse.
En definitiva, esa vuelta de tuerca en los entrenos para las competiciones de marzo surtió efecto pero cerca estuvo el cuerpo de decir hasta aquí.


10km Laredo 2016

A Laredo llegué descansado pero muy nervioso; y con un cosquilleo en el estómago a medio camino entre el miedo y la esperanza. En la semana previa todo estaba medido para llegar recuperado y con ganas, y el propio día de la carrera, la más importante del año, cada comida y cada paso también obedeció a un estricto plan; hasta el punto de que, pese a llevar aclimatado varios días en nuestra casa de Asturias, llegado a Laredo comí mi tupper de pasta en el coche refugiado del orbayo mientras mi familia lo hacía en un sugerente restaurante local.

Antes de la carrera paseé con mi familia por el solitario paseo marítimo en busca del tan apreciado silencio que mi cabeza pedía a gritos. Suelo darle muchas vueltas a las cosas y mi cabeza se convierte en un hervidero insoportable de cruce de acusaciones entre el yo positivo y yo negativo. Tanto es así que el día de antes hice una lista con toda esta mezcla de argumentos bipolares y el resultado fue un kafkiano cuadro flamenco de neurosis. Y sorprendentemente, decidí ser primariamente práctico: ¡pensar desgasta mucho! así que no pienses. Y de hacerlo, sigue el siguiente orden.

-No pienses
-Sólo importa aguantar. ¡No puedes, quieres!
-3:15, 3:15, 3:15 min/ km es el mantra
*(Sí, bienvenidos a mi chusco approach al campo de la psicología deportiva)

Pero esta perogrullada no es gratuita. Su origen, amén de mi tarita mental, se remite a mi experiencia de sufrimiento en Laredo 2012 y mi consciente preparación mental para afrontar este 10km. ¿Y qué pasó finalmente? que me concentré en escuchar a mi cuerpo y a marcar mi propio ritmo y ello disipó cualquier otro pensamiento amenazador. El lado bueno de entrenar solo es que uno se familiariza mejor con sus sensaciones y no se deja llevar en competición por ritmos impostados.


Ya en zona de salida y tras saludar a Santi Molina, compañero de fatigas desde tiempos universitarios, me uno a Antonio para calentar y me viene estupendamente para aterrizar en el mundo real y aligerar el peso de las expectativas que traemos que no son pocas (y superadas con creces en su caso con un mordisco de 20seg a su MM). Nos colocamos en la salida con tiempo y debido a mis dudas por lo estrcho de la salida, mi sitúo en el lado derecho ya que unos metros más adelante la calle se abre en una generosa curva más espaciosa. Salimos. Y limpiamente.


¡Y ya estamos aquí! pasado el km 2 mi compi de club Diego Moreno me invita a seguirle pero ya entonces decido que mi ritmo es 3:15 a pesar de que en ese momento vaya rebosante de ganas. Casi sin enterarme terminamos la primera vuelta y ya entonces me voy rodeando de otros dos corredores que llevan una cadencia y ritmo casi milimétrico al mío, algo que sólo puede pasar en la mejor carrera de 10km en términos de nivel de España. Pasamos el km 5 en 16:20 neto y me parece un buen dato.


Van cayendo los kms 6 y 7 y no he notado ningún altibajo, mi carrera sigue siendo lineal pero no pienso en otra cosa que no sea aguantar y ser prudente. Ahora sí y llegados al km 8 apenas queda volver a la salida y ya estará todo hecho. En este punto es donde mi cabeza afronta momentos de cierta debilidad pero llegados al km 9 sólo queda ¡aguantar, aguantar, AGUANTAR!.

Hago todo lo que puedo para seguir a los corredores que me flanquean y por fin encaramos la última recta, donde, extraordinariamente, decido que de morir, hoy es el día y esprinto con todo lo que tengo hasta la meta para, a pesar de no contemplar mi tope personal en el marcador, volver a ver los 32 min. Esto, y bromas a parte, es magia para mí como corredor aficionado.

Bajo oficialmente de 33 min por tercera vez, y por segunda vez en Laredo. Tengo que estar contento porque muscularmente no las tenía todas conmigo hace apenas unos días. Y la enorme novedad: por primera en la vida clavo en un gran 10km los dos parciales de 5km: 16:23 y 16:26, ya que siempre, SIEMPRE, incurro en medio minuto más en la segunda mitad. Me pregunto... ¿Estoy madurando? (!!!!!!)


Clasificación >> Aquí 

>>Top Ten CARRERAS de 10 km

1.  LAREDO 2012  32:46 PB 
2. LAREDO 2016   32:49
3. SSVI 2012  32:56
4. COSTA AZAHAR-Grao Castellón 2013  33:01 
5. SSVI 2015  33:01
6. SSVI 2013  33:05
7. SSVI 2014  33:11
8. 10km ROTTERDAM Eurogames  33:18
9. SSVI 2011  33:22
10. 10km ASICS BERLIN 2014  33:29


Mundial de Media Maratón de Cardiff



Desde Copenhague 2014 y cada 2 años, la IAAF ha tenido el gran acierto de celebrar el Campeonato del Mundo de Media Maratón abierto a todo corredor que quiera participar en un evento de esa talla. Las mujeres élite salen 35 minutos antes que los hombres, que salen en la carrera masiva pero desde el lugar privilegiado de la primera línea.

En línea de salida me toca esquivar a dos internacionales que se han caído al darse el pistoletazo: un etíope y el keniata Kamworor, a la postre campeón del mundo de la distancia

Durante los 5 primeros kilómetros no me encuentro fresco; hay mucha gente y no detecto referencias fiables; además entre el km 2 y el km 4 la lluvia es racheada y con viento, pero suave para que lo que vendrá después. No obstante, siempre miro al crono para revisar que no voy por encima de 3:30.


A partir de la primera cuesta y casi llegando al puerto, comienzo a notarme metido en carrera, escuchando sólo mis sensaciones y atravesando los kms 7 y 8 con optimismo en la parte del muro de arena artificial que hay en la bahía. Reina el silencio y la calma y mis piernas aquí van estupendamente. En el km 9 se resiente el ritmo por algunas curvas pero llegamos casi al km 10 a la altura del Milleniun Center, la zona de la bahía más bonita de la ciudad y donde hay un ambiente increíble y el segundo puesto oficial de avituallamiento de las selecciones nacionales. Esto me hace recordar que estoy en un evento único (habrá más medias en Cardiff pero no como gran campeonato) y pienso en positivo, sobre todo al comprobar que paso el km 10 en 34:45 (¡cuidado! tu referencia son los 35:00 min).



A partir de ese momento los kms 11, 12, 13 se me atragantan psicológicamente porque voy corriendo sobre largas carreteras urbanas, sin público y sin un "fin" visible. Por supuesto mis compañeros de viaje van bailando... alguno me pasa... yo paso a otros... Simplemente estoy haciendo MI carrera. Pasado el km 13 volvemos al ruido y al calor del público... ¡hay muchas personas pese a la lluvia!. Me siento muy bien y los kilómetros van cayendo sin excepción por debajo de 3:30... ojalá se mantenga esta racha, pienso entonces.

Pero en el km 16 se cumplen los pronósticos: el temporal Katie se presenta en forma de chaparrón y viento muy fuertes, demasiado incluso para combatir una adrenalina y una motivación que en ese momento también embisten con fuerza.

Cabeza de carrera. Agua everywhere
A posteriori pienso que, de haber tenido que ocurrir inevitablemente, fue mejor que se diese en la parte final y no en la inicial (habría dejado huella anímicamente). De esta forma, y como siempre en estas grandes citas con nuestros objetivos, sigo corriendo haciendo un ejercicio de fe (¿tal vez llevo un margen suficiente en el crono a modo de colchón? ¿Tal vez esto dure sólo unos minutos?). Pero las cosas fueron así: la combinación de agua y viento influye negativamente en mi rendimiento y en el de los demás corredores.

A la altura del 18 la ducha deja de regar a presión y conecto con un grupo del que intentaré no separarme hasta el final: somos 7 y como no hay nadie ni por delante ni por detrás me digo que tengo que aguantar su rueda como sea.  En el km 20, sin embargo, nos damos de bruce con un cuestón ¿WTF? qué junto con la siguiente avenida, en la que nos golpea el viento de frente, consuman una desintegración total del grupo y donde cada uno hace lo que puede dentro de sus límites para llegar cuanto antes a meta.

En mi caso soy todo lo que me queda hasta el final, aunque desgraciadamente el crono que veo en línea de meta no es el que esperaba en mis mejores previsiones. Son 1:14:05, Mejor Marca Personal por 3 segundos pero muy, muy muy agridulces.



Creo que he corrido una de las mejores carreras de mi vida (un buen indicativo es mi marca de 15km en menos de 52 min) pero termino con una mezcla de satisfacción, rabia, orgullo, e impotencia por la mala suerte con la climatología.
Como reseñé en algunas redes sociales, bendigo y maldigo al atletismo que pese a los años, sigue alimentando con desventuras así, mi pique y mi rabia por continuar para dar con la carrera soñada. Son varias personas entendidas las que, como yo, creemos que esta marca no refleja fielmente todo lo que puedo hacer, pero no queda otra que seguir intentándolo.

¡Ah! y ya no se trata de casualidades, sino de causalidades. Y pese al temporal, ahora mis mejores medias tienen en común el elemento "continental" (Cardiff, Vigo, Gijón). Y no sólo hablamos de las mejores medias, hablamos de las únicas medias en las que no he corrido erráticamente. En Santa Pola 2016 o Getafe 2015 corrí en 75 min pero sufriendo lo indecible por otra conjunción de factores (preparación inadecuada, ritmos demasiado exigentes...)

1. Cardiff IAAF World Half Marathon Championships 1:14:05 PB (34:46 - 52:14)
2. Media Maratón Vig-Bay Gran Bahía 2012  1:14:07 (35:07 - 52:23)
3. Campeonato España Media Maratón Gijón 2011 >1:14:57 (35:05 - 52:52)

Por otra parte, y repasando los parciales, me convenzo de que era muy factible, habiendo recuperado bien tras Laredo 7 días después, correr una buena media por debajo de 3:30 min/km con la preparación ad hoc que habíamos realizado en las semanas previas (y no como ocurrió en en el Cto. de España en Santa Pola).

Sea como fuere, ha sido una bonita aventura. A diferencia de Laredo, venía con ganas de correr y sin presión, y no hay mejor muestra de ello que mi sonrisa en los minutos previos a la salida mientras Sebastian Coe pronunciaba su discurso, sonaba el himno galés y presentaban a los atletas internacionales, entre ellos al ídolo local Mo FArah. Como amante del atletismo fue un momento muy especial y de deleite de esos que muy pocas veces se puede disfrutar.

La historia no termina aquí, sino con unos días de mucha lluvia pero conociendo Gales, Bristol y Bath, siempre en compañía de Álvaro, con quien rodé en Cardiff y Bristol, y coleccionando, así, recuerdos en zapatillas en otros lugares del mundo.
Clasificación >> Aquí 
Mi carrera en Strava >> Aquí