martes, 21 de febrero de 2012

Don Enteradillo

¿"Nadie dijo que fuera fácil"? mentira: ¡yo sí!; y me lo he tenido que comer con patatas. Fui hasta Torrelodones con la idea de revalidar un puesto como el del pasado año (2º) como si se tratara de coser y cantar. Sin embargo, sólo pude ser octavo aún corriendo mejor que entonces. A la cita decidieron acudir unos cuantos fieras para dar relieve a la prueba masculina y ponérmelo más difícil a mí de paso.

Se trata de una carrera de 7km con un perfil duro a la vista de la orografía de Torrelodones. Así pues, salí con el grupo de cabeza hasta el kilómetro 2, pero poco después tuve que disminuir las revoluciones porque no era capaz de aguantar un ritmo tan exigente.


Últimos metros antes de cruzar la meta
Tres atletas de amarillo (dos Valdemoros y un Menorca) me dan caza dos kilómetros más tarde y me sumo a su grupo, con el que acometeré dos de las cuestas más duras de la competición. Pero uno de los repechos nos deja tocados al Menorca (ganador de la pasada edición) y a mí, por lo que perdemos la comba de los otros dos atletas. Apenas quedan dos kilómetros y ahora sí, los repechos descendentes nos ayudan a recuperarnos y soy quien tira durante la última parte de la carrera.


A falta de menos de un kilómetro atisbo un triatleta que ha pinchado, pero si bien no voy a poder alcanzarle, este pique pasajero me insufla algo de fuerza y me distancio de mi perseguidor en los metros finales previos a la línea de meta.


Sea como fuere, y a pesar de no ver satisfechas mis expectativas, me consuela el promedio final de 3,20 min/km que figura en las clasificaciones. Es el ritmo que mis piernas tienen que hacer suyo en este tipo de lances para encarar con confianza el desafío de Laredo. Pero a menos de tres semanas para viajar a Cantabria, debo admitir que, atléticamente hablando, el mes de febrero se me hace, un año más, lastimosamente largo y aburrido. A duras penas estas dos últimas carreras populares me han provocado la agitación que necesito para darle duro entrenando y compitiendo. Pero llegará, llegará el mes de marzo.

Las clasificaciones, aquí.

¡Hasta la vista!

miércoles, 8 de febrero de 2012

Live together, die alone

Parada en Leganés. Concretamente, en Las Dos Leguas Fuente de La Chopera: 11.144m de perfil irregular y con una muy pronunciada y ya mítica cuesta de 400m, “la cuesta del cementerio”. Elegí esta carrera por ser inédita para mí y por aquello de no olvidarse de lo que es ponerse las zapatillas rápidas, especialmente en este extraño mes de febrero, no ya por tener 29 días, sino por encontrarse en ninguna parte de la temporada.

Mi idea previa consistía en colocarme en algún grupo en el que me sintiera cómodo, tratando de eludir cualquier tipo de responsabilidad/presión extra en un domingo cualquiera como el de ayer. Pues venga,  hagamos totalmente lo contrario (…!). Salgo tranquilo y, una vez que el grupo de cabeza aprieta, me quedo prácticamente solo desde el principio, y eso que por atrás venía un grupito numeroso y bastante homogéneo con el que podría haber compartido muchos kms.



Así pues, me entrego al siempre voluble dictado de las sensaciones, que hoy me invitan a correr a lo mío. Por atrás, un atleta de corta estatura muy regular al que no le saco más de 100m; y por delante, acabo de sobrepasar a un José Félix pinchado y acierto a contar que voy en quinta posición, pues ni tan mal¡!. Los kilómetros siguen cayendo y antes de afrontar la dura subida hay que hacer frente a rachas de viento muy fuertes que merman de forma significativa el ritmo. A lo lejos, puedo observar al tercero y al cuarto de los corredores, que cabalgan en solitario, exactamente como yo.

Una vez superado el gran repecho -donde la animación es abundante-, decido aflojar el ritmo y acoplarme al de mi perseguidor durante un kilómetro aproximadamente. Sin embargo, cometo un importante error de cálculo y, al atisbar la zona de meta,  acelero para atacar a falta de dos kilómetros y no de uno, como yo creía-, por lo que el kilómetro final se me hace larguísimo y agónico pero logro conservar mi quinto puesto en la llegada a meta que,  para más sufrimiento, concluye con 300m de cuesta ascendente.

-Vídeo de llegada: http://www.corriendovoy.com/video.php?id=509&video=36276
-La clasificación, aquí.


Esta ha sido una carrera en la que ha tocado y también he elegido morir solo. La premisa que encierra el título del post y con la que los malogrados guionistas de Lost lograron conmoverme, no es sino la tónica general del deporte que practicamos:  tenemos el apoyo de los nuestros, al aliento de los compañeros al entrenar o la compañía casual de otros atletas en una carrera, pero siempre e irremediablemente nos toca sufrir en la intimidad.

Quedo satisfecho, por tanto, con el puesto y con la estrategia de carrera. Sin embargo, debo reconocer un ligero sinsabor pues, al margen de la sobresaliente organización técnica, consideraron fuera de lugar establecer una categoría de corredores entre 18-39 años (el 45% de los más de 1.400 corredores esa mañana) y que habitualmente se agrupan bajo la denominación "senior".  Una medida de ahorro que, aunque afecta a unos pocos, no abunda demasiado en el justo reconocimiento y blablablablaa (...)

Pongo punto y final con un vídeo que cuestiona el hilo principal de este post y que alguien anónimo -pero con un gran sentido estético para  editar-, ha colgado en youtube y que me ha puesto la piel de gallina. Si hubiera de etiquetar el vídeo, elegiría tags muy especiales: "música de Alberto Iglesias", "nostalgia", "barcelona", "ralentí", "atletismo", "JJOO".