sábado, 14 de enero de 2012

Sobre purificaciones interiores


Aire fresco y puro, en Old Delhi
Horas después de la resaca de Nochevieja y su San Silvestre, me monté en un avión rumbo a Nueva Delhi para visitar a mi camarada y también runner Álvaro, becario del ICEX que en la actualidad trabaja allí para la embajada española. A pesar de rehuir de obsesiones con el ejercicio, estar parado dos semanas se nota. Así, en un alarde de freakismo importante, metí las zapas en la maleta para descansar activamente, que lo llaman. Rescato pues algunas reflexiones, en el plano atlético, de este viaje  que a pocos deja indiferente.

La capital de esta potencia emergente es gris, ruidosa, caótica, masificada, agridulce e inabarcable, como el país entero. Las cifras demográficas de la ciudad (más de 13 millones de hab.) revelan el tamaño de su parque automovilístico: camiones, coches a diésel, taxis y auto-rickshaws atestan las calles que, por cierto, no tienen aceras para los viandantes (¡peligro!). Su crecimiento económico del 8% anual acarrea consigo un también elevadísimo nivel de contaminación del aire que se hace, a menudo, irrespirable. Para que os hagáis una idea, al sonarse uno los mocos, estos salen negros.

Trote mañanero en Hauz Khas Village
Por “suerte”, Álvaro vive en el barrio pijo y de moda de Delhi que es Hauz Khas Village, donde tampoco sorprende la presencia de perros salvajes y fogatas prendidas por personas muy pobres para conseguir algo de calor en invierno. También hay un "parque" en el que mi anfitrión rueda normalmente y sobre cuyo suelo de arenisca roja correteamos mientras me recuperaba de las siempre punzantes agujetas de la Vallecana. Salimos temprano, tal y como aconsejandictan para las ciudades contaminadas, y entre la endémica niebla/nube tóxica pude reconocer, entre el incesante movimiento de ardillas y el aleteo de los pavos reales, a algunos runners locales pertrechados con vaqueros e incluso con chanclas. Claro que sí, el comfort ante todo.  

Pero volviendo a la espantosa suciedad del aire, no hubiera sido una extravagancia llevar consigo una máscara a lo Galen Rupp, pero para una persona que no sabe qué es un pulsómetro y desconoce qué modelo de zapas lleva, hubiera sido una fruslería, como también se antojaran de ahora en adelante las advertencias sobre las “aterradoras” nubes de polvo africanas que invaden Madrid y que animan a no hacer ejercicio al aire libre (¡!).

Y es que el nivel de contaminación en el interior de un auto-rickshaw -o taxis  motocarro- en Nueva Delhi es de 200 µg/m3 (partículas finas), mientras que la OMS recomienda que en las zonas urbanas no superen los 10 µg/m3 (Fuente: KNMI). No olvidemos que la exposición a gases de la combustión de diésel disminuye el flujo sanguíneo al corazón, y que el monóxido de carbono, ozono, dióxido de azufre o plomo en el aire pueden provocar asma, bronquitis, y cositas más serias...
De izda a dcha, el estadounidense Galen Rupp y su máscara anti-polen; la medallista india Bobby; y el etíope Haile Gebrselassie
Es difícil no acordarse de otras de las ciudades más contaminadas del mundo. En 2004 pude contemplar la enorme capa de smog que envolvía a México DF debido a que, al encontrarse a 2.240m sobre el nivel del mar y completamente rodeado por un entorno montañoso, éste representa un obstáculo natural para la dispersión y libre circulación de la masa de aire chungo -no quiero ni imaginarme lo que puede ser correr un maratón aquí-. En el otro lado del planeta, Pekín es el gigante-contaminante: en 2008 tuvo que paralizar la producción industrial e incluso provocar lluvia artificial para alejar las nubes de mierda de la ciudad olímpica. Ya entonces Haile, plusmarquista mundial de maratón, said “no, no, no”.

 Estadio de los Commonwealth Games en los días previos a su celebración. ¡Venga! qué hay que levantar el chiringuito. Daniel Berehulak 
Por tanto, hacer deporte en una mega urbe así se antoja un pelín... desaconsejable. Se trata, además, de un país y una sociedad que no entiende el deporte en los mismos términos que compartimos en Occidente. En 2010 Nueva Delhi se convirtió en el foco de todas las críticas internacionales al no poder respetar las mínimas condiciones de limpieza e higiene públicas y de infraestructuras cuando fue la sede de los Commonwealth Games. Y si hablamos de atletismo, y a pesar de ser el segundo país más poblado del mundo, sólo tienen una única medallista absoluta en unos mundiales de atletismo al aire libre y fue la saltadora de longitud Anju Bobby en París 2003.

Me parece un error considerar que India sea un país atrasado. Es, simplemente, otro universo con un punto de partida distinto y un destino no menos diferente al nuestro y nuestros estándares y concepciones de organización de la vida, en su más amplio sentido. En cualquier caso, hay que vivirlo (¡Gracias otra vez a mi guía!).

Playa de Varkala, en Kerala
Como último apunte, en el viaje a Kerala –en el sur del país- pude resarcirme corriendo a pleno pulmón en la paradisíaca playa de Varkala, aunque la humedad y el calor, en este caso, no me lo pusieron nada fácil ;) 

Corriendo al solecito en la mañana de Reyes Magos 

1 comentario:

  1. vaya viajecito ehh. ahora ya corro solito de nuevo por el Rose Garden! vaya coñazo, yo quiero liebres!!!

    por cierto doy fe de la contaminación. a la semana de llegar ya me salían los MOCOS NEGROS!!!

    desintoxicación por favor!!!

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